Venus & Cobre
Venus & Cobre
La mitología es una parte importante del desarrollo de nuestra cultura greco-romana, y en algunos periodos históricos, como El Renacimiento, constituyó una de las principales fuentes de inspiración para el arte. En dicho periodo, -alrededor de 1484- Alessandro Botticelli en su reconocida pintura La nascita di Venere (El nacimiento de Venus, en italiano) retrató a la diosa Afrodita de Grecia, más conocida como Venus -en su versión romana-. Venus representa el amor, la belleza, la femineidad y con ello el arte de la sensualidad.
El cuadro, basado en Las Metamorfosis de Ovidio (43 a.C.-17 d.C., Roma), muestra el nacimiento de la diosa arribando a la orilla de Chipre, isla que en la antigüedad fue la principal fuente de extracción de cobre. De hecho, este metal fue bautizado así debido al nombre de la isla Chipre, que se deriva del griego kýpros, y en latín significa cuprum (Cu). Por tanto, podríamos decir que -en términos literales- esta pintura retrata a “Venus llegando a la isla del cobre”.
Sin embargo, no sólo desde el mito podemos asociar lo femenino al metal rojo. La biología indica que la mujer posee -en promedio- un 20% más de cobre sérico que el hombre, quien a su vez posee más hierro (en la hemoglobina). Además, el proceso metabólico del cobre está estrechamente ligado al estrógeno (hormona sexual femenina) y -coincidencia o no-, no resulta extraño que sea el cobre el material con el cual se confecciona el DIU (dispositivo intrauterino).
A pesar que la relación entre el cobre y el género femenino -simbolizada por Venus- no era evidente en la antigüedad, al menos se podía intuir desde la mitología. Actualmente, la ciencia ha demostrado un vínculo entre estos ámbitos inicialmente inconexos, replanteándonos ciertas verdades depositadas en mitos del pasado. Una suerte de sabiduría natural que podríamos remirar, y quién sabe… posiblemente redescubrir tantas otras verdades implícitas en mitos y leyendas populares.
Alejandra rojas